viernes, 11 de septiembre de 2009

Alejandro Chaoul

Asiste Yoga Tibetana
a enfermos de cáncer


Pacientes con linfoma aumentaron su calidad de sueño y con ello soportar mejor la quimioterapia

MÉXICO.- El estrés por haber perdido la salud puede ser el punto de partida de un círculo vicioso que impide a las personas con cáncer salir bien libradas de la enfermedad, de ahí la importancia de ayudarles a mantenerlo en un bajo nivel.

Médicos del Centro de Cancerología M.D. Anderson, de la Universidad de Texas, consiguen mejorar la calidad de vida de pacientes con linfoma (cáncer en los ganglios linfáticos) enseñándoles a practicar un estilo de yoga tibetano llamado Trul Khor.



ALTERNATIVA Más de 100 pacientes del Centro de Cancerología M.D. Anderson han participado en las investigaciones formales sobre el impacto de la yoga Trul Khor en su mejoría; también sus familiares pueden tomar las clases. (Agencia Reforma)


Después de un estudio para medir la incidencia de esta práctica en la calidad de sueño en estos pacientes, encontraron que esos movimiento mágicos (traducción del término Trul Khor, con el que se denominan todas las yogas provenientes de Tibet) les ayudaron a dormir de manera más profunda por periodos más largos y a disminuir su ingesta de somníferos, explica en entrevista vía correo electrónico Alejandro Chaoul, especialista en intervención mente-cuerpo del M.D. Anderson.

"Creemos que esta forma de yoga es particularmente útil para pacientes con cáncer que están bajo quimioterapia o en un periodo de recuperación, porque se trata de movimientos simples y gentiles que ponen énfasis en el control de la respiración", consignaron los investigadores en el artículo científico donde reportaron sus resultados y que fue publicado en la revista Cáncer, en mayo de 2004.

Chaoul, también practicante de Trul Khor, señala que es difícil saber exactamente lo que sucede, pero estima que se debe a integrar a la vida cotidiana esa calma que se cultiva en la práctica, pues la mente alcanza un estado en el que las tensiones disminuyen su intensidad.

"Sin embargo, cada vez es más claro que el cuerpo y la mente no son entidades distintas; cuando nuestra mente se siente afectada, en general tiene repercusión en el cuerpo y viceversa, al encontrar un equilibrio entre mente y cuerpo con la ayuda de la energía, que es el vínculo (expresado a través de la respiración, por ejemplo), uno tiene una sensación de bienestar que se traduce en calidad de vida y menos estrés", comenta.


PAZ Alejandro Chaoul, practicante de la yoga tibetana, estima que el beneficio para los enfermos se puede deber a que integran la calma que brinda la disciplina a su vida cotidiana. (Agencia Reforma)

Para todos los tipos

Los beneficios del Trul Khor son aplicables no sólo en pacientes con linfoma, sino para cualquier otro tipo de cáncer.

"Hemos hecho otro estudio piloto en mujeres con cáncer de mama, a partir del cual el National Cancer Institute nos otorgó un presupuesto de 2.4 millones de dólares para seguir estudiando los efectos de este tipo de yoga en mujeres que están en tratamiento con quimioterapia", asegura Chaoul.

En México, considera Francisco Tripp, hematólogo del Centro Médico Nacional La Raza, a pesar de que entre la comunidad médica se sabe que este tipo de prácticas influyen en el bienestar de los pacientes, no existe un programa tan estructurado como el del M.D.

Anderson.

En el hospital, ubicado en Houston, más de 100 pacientes han participado en estudios formales sobre el impacto de esta clase de yoga, pero muchos otros lo practican sin estar dentro de un estudio de investigación e incluso otros más han aprendido meditación tibetana, señala Chaoul.

Aunque en cada caso es distinto, quien practica Trul Khor en promedio una vez al día por un mes, puede empezar a notar diferencias.

"Los pacientes del estudio mencionado lo hicieron una vez a la semana y en casa practicaban de dos a tres veces más, así por siete semanas y obtuvieron resultados benéficos", aclara Chaoul.


Productor de defensas

El sistema linfático, compuesto por grupos de ganglios presentes en axilas, pelvis, cuello, abdomen e ingle, se encarga de reconocer las bacterias que en algún momento ingresan al organismo, producir linfocitos (que protegen al cuerpo contra infecciones y el crecimiento de tumores) y distribuirlos hacia el sitio que está siendo atacado.

"Es esencial para que las infecciones no acaben con la vida de una persona", señala Tripp.

Además de los ganglios, parte de este sistema son la linfa, líquido que transporta los linfocitos; vasos linfáticos, tubos que recogen linfa de diferentes partes del cuerpo y la devuelven al torrente sanguíneo; el bazo y las amígdalas, productores de linfocitos; timo, órgano donde crecen y se multiplican los linfocitos; y médula ósea, tejido blando del centro de los huesos grandes que genera glóbulos blancos, rojos y plaquetas.

"Dado que el tejido linfático se encuentra en todo el cuerpo, el linfoma puede comenzar en prácticamente cualquier parte del cuerpo y propagarse a casi todo tejido u órgano corporal", se explica en la página del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos.

Un inconveniente es que la quimioterapia también puede llegar a disminuir el sistema inmunológico.

Por lo tanto, la práctica de Trul Khor ayuda al paciente "a ponerse en contacto consigo mismo y no dejar que esta terapia lo deteriore de la misma manera", concluye Chaoul.

Energías en equilibrio

A diferencia de yogas provenientes de la India, que tienen posturas fijas y mientras la respiración fluye normalmente, en las yogas de origen tibetano, como el Trul Khor, el practicante sostiene la respiración mientras el cuerpo se mueve.

El movimiento guía a la respiración y ésta, a su vez, a la mente.

Esta práctica prevalece en tres de las cinco tradiciones espirituales tibetanas: en las escuelas Kagyu, Nyingma y Bön.

"Trul Khor es una maravillosa práctica diaria, en especial para manejar y controlar el estrés que provoca nuestra vida moderna. Tiene el poder de equilibrar las energías de la mente y del cuerpo y contribuye a apoyar nuestra práctica de meditación", ha dicho Tenzin Wangyal Rinpoche, líder de la tradición Bön, según Alejandro Chaoul.

En el Trul Khor el cuerpo físico, energía y mente son las tres puertas a través de las cuales uno puede practicar y alcanzar la iluminación, por eso abre la posibilidad de sanar el sistema cuerpo-energía-mente, que es el modelo de buena salud en la medicina tibetana.

En occidente, primero hubo interés por recibir las enseñanzas tibetanas que desarrollan la mente, pero en los últimos cinco años se ha considerado la importancia de los yogas físicas tibetanas.

Tradicionalmente, estas prácticas sólo se enseñaban y practicaban después de que el alumno había completado muchos años de entrenamiento en la meditación; pero actualmente algunos maestros tibetanos, más abiertos, la enseñan sin ese paso previo, y otros siguen conservando en secreto prácticas de Trul Khor de mayor nivel.


Fuente: www.garudamexico.org (Agencia Reforma)