domingo, 13 de mayo de 2012

Japonés y Universal

Entrevista. Ryuichi Sakamoto.
El pianista y compositor debuta mañana en la Argentina con un show en el Gran Rex.


Un japonés fan del compositor impresionista francés Claude Debussy, que sentó a fines de los años setenta y principios de los ochenta las bases para géneros como el hip hop y el electro con su grupo Yellow Magic Orchestra y que en su madurez decidió dejar de lado el uso de los sintetizadores (del que fue pionero) para retornar a su piano, del que brotan desde relecturas de la música de Antonio Carlos Jobim junto con el chelista Jaques Morelenbaum (colaborador habitual de Caetano Veloso) hasta improvisaciones manipuladas de manera electrónica por el alemán Alva Noto (alias de Carsten Nicolai). 
Y, en el medio, colaboraciones con el inglés David Sylvian (el tema Forbidden Colours era la cortina de Función privada, el programa de Carlos Morelli y Rómulo Berruti en ATC) y paradas en el cine para bandas de sonido como la de El último emperador de Bertolucci (por la que ganó un Oscar), o para pararse frente a la cámara junto con David Bowie y Takeshi Kitano en el filme de culto Merry Christmas Mr. Lawrence. 
Este es un breve resumen de la trayectoria de Ryuichi Sakamoto, que mañana debutará en el Gran Rex con un show en el que combinará su delicadeza entre las teclas con la abstracción avant garde que proponen las intervenciones de Noto. Desde Nueva York, Sakamoto conversó por teléfono con Clarín con esa amabilidad zen que sólo pueden tener los orientales. 
Tu música con la Yellow Magic Orchestra, un techno pop plagado de sintetizadores y de avanzada, ¿fue una reacción contra los grupos de rock duro que dominaban la música japonesa de los años ’70?
La reacción en contra venía por una parte del público: el típico comentario conservador de esa época de que la música hecha con sintetizadores era “fría” y “mecánica”. Tampoco les gustaban las referencias a la ciencia ficción que incluíamos. Y mucho menos que nos dijeran que éramos los “Kraftwerk japoneses”. Pero al mismo tiempo nuestra popularidad era increíble y podríamos haber seguido juntos si no nos hubiésemos peleado tanto entre nosotros.
¿Qué opinás de la versión del tema “Behind The Mask” de la Yellow Magic que hizo Michael Jackson?
Creo que es muy maquillada. Demasiado para mi gusto.
Tu disco BTTB (1998) de solo piano ¿fue una especie de corte, de abandonar los sintetizadores para volver al instrumento original?
Puede ser. Mi interés en la música pop es cada vez menor. En estos momentos tocar el piano es lo que me da más satisfacciones. Me conecta más conmigo mismo. Es como volver al primer amor
¿Cómo conociste la música de Jobim y cómo fue el trabajo con Morelenbaum?
Cuando tenía once años escuchaba mucho jazz por la radio y de vez en cuando ponían bossa nova. Fue una revelación. Me reencontré con el ritmo en la secundaria: muchos músicos en Tokio comenzaron sus carreras tocando bossa. En cuanto a Morelenbaum, me lo presentó en persona Caetano. Y me pareció el hombre indicado para reinterpretar desde otro lugar a Jobim.
¿Qué argentinos conocés?
Soy un fan de Piazzolla: conozco su música desde hace mucho. Me interesa la fusión actual entre tango y electrónica: si bien no soy un experto al respecto, creo que pueden salir cosas interesantes.
¿Y te animarías a grabar un disco tributo a Piazzolla de la misma forma en que lo hiciste con Jobim?
(Risas) Nunca lo había pensado, pero… ¿Por qué no? ¡Me acabás de dar una gran idea!«
 Fuente:
12.05.2012 | Por Por Pablo Strozza Especial para Clarín