El Gobierno chino ha anunciado los datos mensuales de sus principales indicadores económicos, entre ellos la subida de un 2,1% del Índice de Precios de Consumo (IPC), cifras que, en conjunto, evidencian la debilidad de la economía de la potencia asiática.
La Oficina Nacional de Estadística publicó entre ayer y hoy las cifras de mayo de la inflación, el comercio exterior, la producción industrial, las ventas al por menor y la inversión en activos fijos, datos que, ya sea por su "bajo" crecimiento o por las dudas sobre su fiabilidad, hacen más acuciante la necesidad de reformas, según los expertos.
Con un 2,1 por ciento, ligeramente inferior al 2,4 por ciento de abril, la inflación se sitúa ligeramente por debajo de lo previsto ante la política monetaria llevadas a cabo por el Banco Central de China (PBOC) y la obsesión de las autoridades por controlar los precios.
El organismo justifica el paso atrás con respecto a abril en, principalmente, la caída (de un 13,8 por ciento en mayo con respecto al mes anterior) de los precios de los vegetales.
La posibilidad de que el PBOC decida reducir el tipo de interés se enfrenta al riesgo, según algunos académicos, de una mayor inflación durante la segunda mitad de año (debido, entre otras cosas, al fuerte incremento de la oferta monetaria), y eso limite el espacio para flexibilizar la política monetaria.
En cuanto al índice de precios al productor (IPP), que mide la inflación en los precios al por mayor, bajó el 2,9 por ciento interanual en mayo, descenso superior al 2,6 por ciento de abril.
Con una ligera subida del 0,4 por ciento del comercio exterior en mayo (su tasa de crecimiento más baja en casi un año), el dato (cuyas cifras salieron el sábado) pone de manifiesto la necesidad de China de centrar el protagonismo en la demanda interna.
El Gobierno justificó en parte el decrecimiento de las exportaciones en el resultado delendurecimiento de las normas de control sobre las empresas chinas, ante el temor de que varias compañías estuviesen aportando datos incorrectos.
Según las autoridades, la tergiversación podría ser fruto de una estrategia de las empresas para obtener devoluciones de impuestos o evitar los controles de capitales, así como para mover dinero desde y hacia la China continental mediante los canales comerciales.
La producción industrial china aumentó un 9,2 por ciento interanual en mayo, por debajo del 9,3 por ciento registrado en abril y aún inferior al 10 por ciento de media que se consiguió en 2012.
Otro indicador, el de las ventas al por menor, consideradas un termómetro de la demanda interna del gigante asiático, aumentó un 12,9 por ciento interanual en mayo, hasta alcanzar 1,89 billones de yuanes (306.800 millones de dólares, 232.108 millones de euros).
Aunque es una décima superior al de abril, sigue lejos del objetivo que las autoridades chinas se han marcado para este año del 14,5 por ciento.
La inversión en activos fijos aumentó un 20,4 por ciento interanual durante los cinco primeros meses, hasta alcanzar 13,12 billones de yuanes (2.100 millones de dólares, 1.600 millones de euros), por debajo de la cifra publicada el pasado mes sobre el periodo de enero a abril, del 20,6%.
Además, la inversión enfocada en el sector inmobiliario aumentó un 20,6 por ciento entre enero y mayo, un avance muy superior al 16,2 por ciento que se registró en 2012, lo que aviva los temores de una burbuja inmobiliaria en China.
Poco antes de que se publicaran los datos, el primer ministro, Li Keqiang, aseguró que el objetivo es mantener "una política macroeconómica estable e innovar los enfoques".
"Hay complicados riesgos que hay que vigilar", dijo, y añadió: "hace falta un enfoque científico para asegurar que los objetivos sociales y económicos se cumplen", en declaraciones publicadas hoy por la agencia oficial Xinhua.
Li, que ocupa su cargo desde el cambio de Gobierno en marzo, aseguró que la "economía todavía está creciendo a un ritmo relativamente rápido, y la tasa empleo (cuyas cifras se rodean de fuerte secretismo por parte del Gobierno) se mantiene estable".
El Gobierno chino ha establecido una moderada meta de crecimiento del 7,5 por ciento para 2013, la misma que el año pasado, cuando subió el 7,8 por ciento.