China se convertirá, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en la primera economía del mundo en el año 2016, arrebatando este privilegiado puesto a los EEUU. Según las previsiones de la OCDE, China registrará un Producto Interior Bruto (PIB) del 8,5% en 2013 y un 8,9% en 2014. Por ello, es más que interesante mostrar hasta que punto este crecimiento económico está favoreciendo a las empresas situadas en el gigante asiático. Ante este dilema nos planteamos si China es una moda pasajera o tendencia permanente.
Que el gigante asiático es un mercado en expansión está claro pero hay que tener en cuenta que adaptarse a la nueva realidad china es cada vez más complicado en el mundo empresarial. El aumento del coste salarial, el auge de las empresas chinas tanto en innovación como en calidad de sus servicios y los constantes cambios de gustos de una sociedad cada vez más consumista provoca que sacar rentabilidad a estos cambios sea todo un reto.
Por Pablo Lluesma y Caren Ligorio
