Parece que, cuando se informa de China, todos los
tópicos, simplificaciones y descalificacio- nes están permitidos, o se
pueden hacer afirmaciones contundentes sin apenas datos concretos.
Alma López Figueiras,
periodista, miembro de nuestro Claustro Junior residente en Beijing, nos envía
esta breve crónica a mitad de agosto pasado, en plena crisis provocada por
esta catástrofe industrial y humana, la mayor ocurrida en China