martes, 11 de septiembre de 2018

La puntería imposible de la saga Kim

LA MIRADA DEL CORRESPONSAL



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Una galería de tiro guarda en una vitrina los blancos de Kim Jong Il y Kim Jong Un MONICA G. PRIETO

Una galería de tiro de Pyongyang guarda en una vitrina los blancos que supuestamente utilizaron Kim Jong Il y Kim Jong-un, donde las tres balas entraron por el mismo agujero
La galería de tiro Meari guarda la pistola que usó Kim Jong Il cuando
visitó el recinto en 1996, protegida como si fuera un objeto de culto por
una vitrina. Lo mismo que las dos dianas que -aseguran- utilizaron tanto
el desaparecido Kim, como su sucesor, Kim Jong-un, que acudió al mismo
lugar en 2012. La pareja de blancos tienen cada uno un sólo 
agujero en el centro y, según Han Un Gyong, fue por ahí por donde
 entraron las tres balas que usaron ambos Kim. "Si se fija, las balas del
 Gran Líder Kim Jong-un acertaron en el centro de la diana, pero casi
en el límite. Nos explicó que era un problema de las balas, que no
eran coreanas sino suizas, y nos dio orden de fabricar mejores balas",
recuerda la responsable del lugar.
Como ocurre en cualquier destino de Corea del Norte, la inspección del
ugar por parte de los dirigentes ha pasado a formar parte del historial
 más significado de Meari, una galería que se construyó en 1988 y fue
rehabilitada en 2014, bajo el esfuerzo que apadrina Kim Jong-un para
remodelar la apariencia de Pyongyang.
La sección dedicada al tiro con pistola no sólo exhibe el arma y las dianas de los Kim, sino sendas fotos de los dos dirigentes. En una de ella se aprecia a Kim Jong Il empuñando un arma corta, rodeado por militares que toman notas de forma sistemática, algo tradicional en este país.
La narrativa que se escucha en la galería de tiro capitalina se amolda
 al relato oficial, que ha recreado el régimen tanto sobre el actual
 mandatario como sobre su padre. El libro 'Anécdotas de la vida 
de Kim Jong-un' incide en varias ocasiones sobre la pericia en el
tiro que achacan al actual dirigente e incluso recuerdan el caso de las
tres balas que supuestamente se alojaron en él mismo agujero.
"El oficial descubrió que sólo había un agujero en el centro de la diana, preguntándose a dónde habían ido a parar los otros dos proyectiles.
Restregándose los ojos, examinó el agujero y vio que era muy grande.
Eso significaba que todas las balas habían pasado por ese agujero",
 se lee en el texto. "¡Tres balas en la diana!", gritó. "¿No estarás
diciendo eso para salvar mi honor, no?", le replicó Kim Jong-un
en medio de la risa y los aplausos de su séquito.
El documento asegura que el dirigente achacó su habilidad a la
s enseñanzas de su padre, Kim Jong Il. "Me dijo que el amor por
 las armas y la prioridad de los asuntos militares tiene que ser un
rasgo de nuestros jóvenes en la era actual. Por eso amo las armas y el tiro.
 La puntería es una tradición en mi familia", añadió.
En otra ocasión, continúa el relato, Kim Jong-un acudió a una
factoría de armas en 2009 y los empleados le instaron a demostrar
 su destreza en la galería de tiro instalada en el complejo. Ni que decir
que Kim destrozó todas las lámparas, botellas y figuras de animales
 que habían colocado a 50 metros de distancia. Cuando los
empleados le pidieron que repitiera la exhibición, el joven líder
replicó: "Si le doy a todos los objetivos no voy a dejar a ninguno
 para el resto". Después, el hijo de Kim Jong Il retó a uno de los
responsables del enclave. "Cuando acabó la competición, el oficial
 mostró su alegría al comprobar que Kim Jong-un había conseguido la puntuación más alta", escribió el autor del impreso.

Una práctica obligatoria

Meari dispone de galerías de tiro interna, externa, un habitáculo
 dedicado a las prácticas con arco y multitud de opciones para los
 que prefieren disparar de forma electrónica. Los clientes pueden
hacer uso de armas cortas pero también de rifles y hasta de 
un kalashnikov hecho en Corea del Norte. Sus objetivos suelen
 ser dianas, figuras en movimiento y se les ofrece la posibilidad de tirar
sobre unas jaulas repletas de faisanes y gallinas. "Si matan algún animal,
 se lo pueden llevar para la cena", apunta Han Un Gyong.
Aunque recintos como Meari se enfocan principalmente a la captación
de divisas de los escasos turistas que acuden al país, lo cierto es que el 
tiro es una práctica obligatoria para los norcoreanos desde muy temprana edad. "Forma parte del currículum de la educación secundaria
 y de los universitarios. Tenemos un dicho: tenemos que reforzar nuestra
 condición física para participar en la defensa nacional. Los granjeros y
los trabajadores suelen dedicar algunos días extra a mejorar su técnica
de tiro. Cualquier norcoreano sabe disparar y, sin embargo, las armas s
ólo las pueden llevar los policías o el ejército", asegura Ju Jong Hyok,
uno de los funcionarios que siempre acompaña al periodista.
La afición al tiro de los norcoreanos no ha quedado ajena al nuevo
espíritu de conciliación que rige en la península y el viernes una delegación
de 22 tiradores norcoreanos viajó a Corea del Sur para participar allí en el Campeonato Mundial de la Federación Internacional de Tiro.
"Corea del Sur y Corea del Norte se han enfrentado durante mucho
 tiempo a punta de pistola. Pero ahora estoy feliz al ver como atletas
de ambos países compiten en el mismo evento internacional de tiro",
 declaró un ciudadano surcoreano citado por la agencia Yonhap.

Diario El Mundo- España.