El fundamentalismo hindú aviva
la tensión en la ciudad sagrada
de Ayodhya
Partidos nacionalistas indios congregan a más de 200.000 personas
para exigir la construcción de un templo en el lugar en que hace años
derribaron una mezquita causando altercados y miles de muertos
Entre fuertes medidas de seguridad, alrededor de 200.000 activistas,
monjes y devotos han participado este domingo en la manifestación
convocada por los grupos nacionalistas hindúes y celebrada en la
ciudad santa de Ayodhya para pedir la construcción de un templo sobre las ruinas de una mezquita. Los convocantes exigen al Gobierno central que permita la edificación de un templo en el mismo lugar en el que, en 1992, una horda de radicales hindúes derribaron una mezquita en este municipio del Estado
de Uttar Pradesh (UP), al norte de la isla. Entonces, las protestas se
extendieron por todo el país provocando la muerte de 2.000 personas.
de Uttar Pradesh (UP), al norte de la isla. Entonces, las protestas se
extendieron por todo el país provocando la muerte de 2.000 personas.
Este suceso fue una de las mayores oleadas de violencia entre comunidades religiosas en India desde su nacimiento como país.
“Estamos controlando toda la ciudad con cámaras de
video-vigilancia y drones”, explicó Tripathi Vivek,
portavoz de la policía del Estado de Uttar Pradesh,
según Reuters. Las autoridades de la región también
han desplazado a una dotación extra de 900 policías y
un alto número de fuerzas paramilitares, incluidos los comandos de élite, para evitar que se reproduzca la
violencia comunal de hace dos décadas. Entonces, la destrucción de una
mezquita musulmana del Siglo XVI originó un estallido de violencia entre
hindúes y musulmanes indios que recordó a las masacres que se sucedieron
tras la partición del subcontinente en 1947 dio lugar a las naciones vecinas,
y enemigas irreconciliables, de India y Pakistán. Pero finalmente
la manifestación de este domingo ha acabado sin altercados.
“La mezquita era un menosprecio a los hindúes y es una vergüenza que
aun no hayamos construido un templo en uno de los lugares sagrados
del hinduismo”, declaró Sharad Sharma, portavoz de Vishva Hindu Parishad (
VHP), el Consejo Mundial del Hinduismo y una de los grupos organizadores;
que mantiene estrechos lazos con el Gobierno. Situada en una de las
regiones bastión del hinduismo y a 700 kilómetros de Nueva Delhi,
la ciudad de Ayodhya se cree el lugar de nacimiento del dios guerrero
Ram y punto neurálgico de la mitología del Ramayana, una de las
principales narraciones épicas de la religión y cultura local. A esto,
los grupos hindúes añaden supuestas evidencias de la existencia de un
templo anterior al levantamiento de la mezquita en 1528, durante la
ocupación del norte de India por el imperio Mogol musulmán.
Ya en 2010, un Tribunal Superior regional sugirió la división de la zona en
tres partes para la construcción de dos templos hindúes y una mezquita.
Pero la sentencia no satisfizo a los hindúes más radicales, que trasladaron
el caso al Tribunal Supremo de India. El pasado octubre, esta Corte pospuso
su decisión hasta enero de 2019, a pocos meses de las elecciones generales
en India. La decisión ha irritado a los radicales que llamaron a la movilización
de sus bases en los 45 distritos de Uttar Pradesh, principal enclave del
cordón hindú de India, y amenazan al Gobierno central con “perder el poder
si no construye el templo”, según dijo Keshav Thackeray, presidente de
Shiv Sena, otro de los partidos organizadores de la concentración.
La postura musulmana
Ante la tensión imperante en la zona y la sombra del derramamiento de
sangre entre vecinos, el Consejo de la Ley Personal de los Indios Musulmanes, representante de esta minoría religiosa, ha dicho que la administración
regional es responsable de la seguridad de su comunidad. “Este es la
mayor escalada en favor de la construcción del templo desde que la
mezquita se destruyó. Están provocando y agitando las emociones de la
gente”, declaró el líder de la comunidad local musulmana, Ahmad, según
recoge la BBC. Por su parte, el Gobierno de Uttar Pradesh, en manos
del mismo partido que rige el Ejecutivo indio, ha manifestado su
apoyo a la construcción del templo hindú a través de su jefe, el monje fundamentalista Yogi Adityanath.
La mayor estatua del mundo
El propio Yogi Adityanath ha sustituido la nomenclatura enclaves de
origen árabe/musulmán en Uttar Pradesh por nombres hindúes.
Es el caso del propio distrito en el que se encuentra la ciudad de Ayodhya, q
ue hace semanas dejo su nombre original, Faizabad, para llamarse
también Ayodhya. El sábado, el Ejecutivo de región prometió la edificación
de la mayor estatua del mundo en honor al dios Ram en la misma
ciudad de Ayodhya. La figura de bronce será de 221 metros de alto y
tendrá un museo
en su base; superando así a la actual estatua más alta del mundo; recientemente inaugurada en el Estado de Gujarat, al oeste de India.
El actual Gobierno del partido Bharatiya Janata Party (BJP) depende del
apoyo de los votantes de la región de Uttar Pradesh, en la que también
gobierna. Con un electorado de 220 millones, esta región envía el mayor
número de legisladores a la cámara baja del Parlamento y ellos fueron los
que dieron la aplastante mayoría con la que ganó los últimos comicios de 2014. Ante esta dependencia, el equipo del primer ministro Narendra Modi se
pliega a las demandas populistas para no perder su principal bastión de cara a las elecciones generales de la primavera de 2019.