La
Confesión a los 35 Budas es una de las prácticas de purificación más
importantes en el budismo tibetano. En ella reconocemos nuestras
negatividades, las que recordamos y somos conscientes y las que no.
Cada uno de los 35 Budas es especialista en purificar diferentes
acciones negativas cometidas en el pasado. Es una práctica de
purificación muy potente. Tradicionalmente, durante la ceremonia se
realizan ofrecimientos en forma de postraciones mientras se recitan
los nombres de los 35 budas: 7 postraciones a cada uno de los 35
Budas que sirven para purificar la mente y el cuerpo. Cada persona
decide el número de postraciones según su condición física. No
importa si las postraciones se realizan completas, en el suelo. O solo
con las manos.
‘La noble aspiración de la conducta excelente’
También conocida como la oración de Samantabhadra, uno de los ocho
bodhisattvas, proviene del Sutra Gandavyuha. Para desarrollar el
camino de la liberación, es necesario acumular méritos y eliminar los
oscurecimientos. Sin ellos, es imposible desarrollar la realización.
Según el sutra, "hasta los límites del espacio, hasta los
límites del karma y los delirios de los seres sintientes, hasta donde
se extiendan todos los límites, que mis oraciones de aspiración se
extiendan también".
Buda Maitreya
En la tradición budista tibetana es el quinto Buda, o el Buda del
futuro, y encarna el amor universal. Maitreya girará la rueda del
Dharma en beneficio de todos los seres. Su nombre viene del
sánscrito: Maitri,
significa amor y compasión universal. El Buda Sakyamuni predijo su
venida. En el budismo se cree que vendrá cuando las enseñanzas del
Buda actual desaparezcan y la negatividad sea tan fuerte que
Maitreya, por su gran compasión, se manifestará como un radiante
maestro espiritual, inspirando la práctica y el camino de la virtud,
especialmente del amor compasivo, iniciando la construcción de un
mundo nuevo.
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