sábado, 7 de diciembre de 2013

La tensión en Asia OrientalPDFImprimirE-Mail

Dic-05-13 - por Rosendo Fraga

La tensión militar en el Mar Oriental de China es quizás el problema más relevante en la coyuntura internacional. La decisión del gobierno chino de declarar una zona de controla aéreo (ADIZ) sobre una amplia zona marítima sobre las islas deshabitadas en disputa con Japón ha escalado peligrosamente. 
La decisión implica que todas las aeronaves que transiten por la zona deban identificarse ante las autoridades chinas, sean civiles, militares y de la nacionalidad que fueran. Dos bombarderos B-52 estadounidenses primero y cazas japoneses y surcoreanos después, desafiaron la decisión china, incursionando en la zona aérea determinada por ella. También lo hicieron aviones civiles. 
China respondió enviando al área en conflicto su único portaaviones y cazas para que vigilen directamente el espacio aéreo de la ADIZ. La disputa por las islas se ha iniciado en los últimos años y se relaciona con la proyección marítima de soberanía que implica la posibilidad de explotar los recursos naturales del subsuelo del mar. Pero el resurgimiento del nacionalismo en Asia es el factor político que explica esta escalada. Es que los nuevos gobiernos de China, Japón y Corea del Sur que han asumido en los últimos meses, tienen todos una orientación más nacionalista. En este marco, el nuevo Presidente chino (Xi) exhortó a sus Fuerzas Armadas a “mejorar sus capacidades guerreras” y Corea del Sur ha decidido ampliar su propia zona de control aéreo.
Esta situación se genera cuando China da señales claras de avanzar hacia una posición de mayor liderazgo mundial. Mientras el volumen de las transacciones online de China ya es el segundo del mundo y crece más que las de EEUU, el gobierno anunció el envío de una misión a la luna para ser el tercer país en aterrizar en ella, después de EEUU y Rusia. Es que los minerales y recursos naturales que existirían en la luna y su posible extracción y explotación han dado nuevo impulso a la carrera espacial. 
Pero China siente un constante desafío por parte de Occidente. Un ejemplo de ello es el proceso iniciado por la justicia española contra funcionarios chinos -incluido el ex presidente Hu- por la represión en el Tibet. Los pedidos de captura vía Interpol podrían impedir los movimientos internacionales de dirigentes chinos y son considerados por Pekín como una lesión a su soberanía. Cabe señalar que si bien en Tibet viven sólo 6 millones de personas, ocupa la cuarta parte del territorio chino y de ahí su importancia política y estratégica para el gobierno.
Esta crisis involucra directamente a EEUU, dada su alianza militar con Japón y Corea del Sur y la garantía de seguridad dada y mantenida a Taiwán. El Vicepresidente Biden visita Pekín, Tokio y Seúl en una gira de urgencia buscando evitar que el conflicto escale y ponga en riesgo las relaciones entre su país y China, tras haber reiterado públicamente Washington que mantiene intacta su alianza militar con Japón, a la que considera “piedra angular para la paz y la estabilidad en Asia Oriental”. 
Buscando reducir la tensión y el riesgo de incidentes militares, EEUU pidió a los aviones de sus países aliados que se identifiquen de acuerdo a la exigencia china. Australia por su parte pidió explicaciones al embajador de Pekín y ratificó -al igual que Nueva Zelanda- el alineamiento con EEUU y sus aliados asiáticos. Corea del Norte en cambio es un aliado fáctico de China en la región, y la OIEA informó días atrás que ha registrado actividad para enriquecer plutonio en las instalaciones nucleares norcoreanas, al mismo tiempo que el dictador norcoreano (Kim) se afianza y destituye a su tío y mentor del segundo lugar en el gobierno.
Pese al incremento del gasto militar chino, la ventaja de EEUU en este campo sigue siendo muy importante. El gasto en defensa estadounidense alcanza los 677.000 millones de dólares. El de China por su parte es de 106.400, menos de un sexto del norteamericano, aunque la economía de la potencia asiática ya es más de la mitad que la de EEUU. Tras Rusia y el Reino Unido, Japón tiene el quinto gasto militar del mundo, con 58.823 millones de dólares, algo más de la mitad del chino. Corea del Sur es el doceavo, con 29.401 millones de dólares, y Taiwán gasta otro tanto. De acuerdo a ello, la suma del gasto en defensa de los tres aliados militares de EEUU en torno a China (Japón, Corea del Sur y Taiwán sumados), es equivalente o levemente superior al de ella. A ello se agrega la presencia de bases militares estadounidenses importantes en los dos primeros países y dos flotas en el Asia. Tanto las bases como las flotas tienen misiles intercontinentales que alcanzan a todo el territorio chino. En la perspectiva del gobierno chino, la presencia militar de EEUU y sus alianzas limitan el ejercicio de su soberanía y el ejercicio de su rol como potencia regional.
Mientras tanto la crisis de Ucrania se va convirtiendo en una amenaza contra los regímenes autoritarios. Tanto el Presidente Yanucovich como su aliado Putin pueden haber calculado mal la reacción de los nacionalistas ucranianos, que han salido a la calle masivamente -pese a la represión policial- y exigen que se reanuden las negociaciones para asociar al país con la UE. En 2004, la llamada “Revolución Naranja” precipitada en las calles de Ucrania, acercó al país a Europa y lo alejó de Rusia. Pero la líder del sector pro-europeo del país (Tymoshenko) se encuentra encarcelada en duras condiciones desde hace varios años y Putin pensó que era el momento oportuno para alinear a Ucrania con Moscú en su proyecto de reconstruir la URSS, al cual ha sumado a Bielorrusia y una de las dictaduras del Asia Central. Ha sido tomada la sede del gobierno y Yanucovich -que mantiene el control del parlamento- busca reabrir negociaciones con la UE para parar la rebelión. En el otro extremo del espacio euroasiático, las protestas en las calles amenazan al gobierno de Tailandia, donde la primer ministro (Shinawatra) enfrenta el ultimátum para que renuncie presentado por el líder de los opositores (Thaugsuban). Este tipo de movimientos, que en los últimos tres años fueron potenciados desde las redes sociales como se manifestó en la llamada “Primavera Árabe”, amenazan al mismo tiempo al autoritarismo chino y ruso y ello acentúa sus intereses comunes en el plano internacional.
En conclusión: la tensión militar en el Mar Oriental de China que la enfrenta con Japón es quizás el problema más relevante en la coyuntura internacional; esta situación se da cuando el gobierno chino realiza acciones para consolidarse como potencia global, como su proyecto espacial; la crisis involucra a EEUU, dada su alianza militar con Japón y Corea del Sur y su garantía de seguridad a Taiwán; pese al incremento del gasto militar chino, éste es menos de un sexto del estadounidense y es equivalente a los de Japón, Corea del Sur y Taiwán sumados; por último, en el plano político, la rebelión tanto en las calles de Kiev como en las de Bangkok implican amenazas para los regimenes autoritarios de China y Rusia por su efecto de imitación en las redes sociales.