miércoles, 30 de mayo de 2018












La India vende su patrimonio 

histórico al mejor postor




El Gobierno del país saca a concurso la gestión de los 90 

monumentos más valiosos, animando así a que se privatice el 

sector






Que las empresas privadas se hagan cargo del
mantenimiento y de la
comercialización de los lugares emblemáticos.
Una decisión que representa una amenaza para
muchos pues, lejos de pensar que se conservarán
mejor con el paso del tiempo (algo que defienden
los gobernantes), creen que se está entregando
 las joyas del país a manos ajenas.
El Ejecutivo indio reiteró la semana pasada su
opinión tras hacer oficial que el Grupo Dalmia Bharat,
un conglomerado especializado en producir cemento
 y azúcar, ha firmado un contrato de cinco años con
 el ministerio de Turismo para encargarse de la
gestión del Fuerte Rojo. Este monumento del
 siglo XVII y de origen musulmán, considerado
 Patrimonio de la Humanidad, está ubicado a las
 puertas de la Vieja y es en su interior donde cada
15 de agosto el primer ministro pronuncia el tradicional
discurso que conmemora el día de la independencia de
 la India.






Con esta acción, se cumple la campaña que tenían en mente los gobernantes
y que animaba a empresas privadas a algo así como a adoptar un lugar.
La idea es que, una vez tengan dueño, sea la propia empresa quien ponga
el precio de las entradas, se llevará su recaudación e, incluso, muestre su marca
por todo el lugar y en los propios souvenirs. Como el Fuerte Rojo, esta acción
está pensada emplearla en más de 90 sitios, entre los que destacan el propio
Taj Mahal, el minarete de Qutub Minar o el aljibe de Chand Baori.
Polémica también ha sido la cláusula de dicho contrato, en el que se exime
a las entidades de cualquier responsabilidad ante posibles daños ocurridos
en los monumentos durante su gestión. Como era de esperar, las críticas no
 han tardado en llegar. La oposición ha acusado formalmente al gobierno
por subastar al mejor postor las reliquias nacionales y ha promovido el hashtag #IndiaEnVenta para criticar la medida.











Brigitte Macron visitando el Qutub Minar, Patrimonio de la Humanidad
Brigitte Macron visitando el Qutub Minar, Patrimonio de la Humanidad (Dominique Faget / AFP)

El portavoz del partido de los Gandhi, Pawan Kheran también ha mostrado
su malestar a la prensa: cuál será el próximo lugar insigne en ser alquilado.
 “Están entregando el monumento icónico a un negocio privado.
 ¿Cuál es su compromiso con la idea de la India, con su historia?”.
A lo que ha añadido una duda: “Quiero preguntarle al Partido del
 Congreso qué hicieron ellos en los últimos 70 años porque todos
los monumentos y las instalaciones a su alrededor están en una
situación terrible”.
Pero el miedo a la privatización no es su única queja, pues muchos
partidos también temen que se tergiverse la historia, pues serán las
propias empresas las encargadas de elaborar los folletos que expliquen
el origen e historia de cada monumento. Algo con lo que han puesto el
grito al cielo los historiadores. “Los monumentos de primer nivel son
las joyas de la corona de una nación. No debería jugarse con ellos.
Es aún más preocupante que las empresas no se hagan responsables
 de ningún daño (que causen)”, tuiteaba el escocés residente en
Delhi William Dalrymple.
Conscientes del revuelo que se les viene encima, el secretario de
estado de turismo, Alphons J. Kannanthanam, ha insistido en que los
 lugares seguirán
bajo el control del Estudio Arqueológico de la India (ASI), el
organismo
responsable del patrimonio histórico nacional. El acuerdo es
 “sólo para el
desarrollo, las operaciones y el mantenimiento de los servicios
 turísticos”.
 “Las compañías involucradas en estos proyectos sólo gastarán,
 no ganarán dinero”.

“Están entregando el monumento icónico a
 un negocio privado. ¿Cuál es su compromiso
 con la idea de la India, con su historia?”